Cid mirándome susurró –He estado agotándole todo el rato- Cid me miro mal y entendí que era cierto, aquel ser había estado luchando contra el pero, en verdad, no tardé tanto en tomarme mi cerveza. Por lo que para mi viaje, Cid se convirtió en una fuerza a tener en cuenta.
Mi momento de distracción fue aprovechado justamente por mi enemigo, propinándome un puñetazo en la cara, mandándome varios metros hacia atrás volando, chocando contra la fuente de la plaza y haciéndome perder la consciencia tras ello.
La fuente estaba destrozada y lo único que se veía era una inmensa nube de polvo ocultando mi figura mientras que mi cuerpo, aun habiendo perdido la consciencia se levantaba como si todavía lo controlase.
Mis ojos se abrieron dejando una mirada vacía y perdida que al poco se tornaba negra y oscura mientras el viento comenzaba a deshacer la nube de polvo.
Sus ojos se mostraban rojo furia mientras que los míos se tornaban negro y amarillo dorado, mostrando un lado difícilmente creíble tanto para Cid como para el resto.-Prepárate, pues te espera el olvido.- Mis pies pronto se separaron del suelo, mostrando un aura oscura a mi alrededor, con un ligero toque de odio y a la vez clemencia.
-No doy crédito a lo que ven mis ojos.- Alegó Cid mientras mi rostro no mostraba ninguna emoción, solo indiferencia mientras me acercaba a aquella mole, la cual retrocedía aterrorizado por lo que podía hacerle.-No escaparas tan rápido.- Una de mis manos lo señalo mientras un pequeño rayo apuntaba a su cabeza mientras que otros dos que salieron de ambos ojos señalaban su cuerpo, uno simplemente lo tocaba, y el otro lo atravesaba, los tres rayos eran negros, casi opacos.
-No mereces perdón.- Tras ello, el libro apareció en mis manos, abriéndose solo y viendo como varias palabras salían para acabar desapareciendo de la nada, a la vez que el cuerpo de aquel hombre monstruosamente grande.
-¡No! ¡Piedad, Os lo ruego!- Sus palabras, vacías de lamento pero a la vez llena de tantas emociones negativas que yo odiaba no significaba nada, su vida llegaría a su fin en poco, yo solamente adelantaba el proceso de expiación y destrucción.
Su voz se perdió totalmente en el olvido mientras yo descendía al suelo, cayendo por la debilidad, aunque gracias a Cid no llegue a caer.-Necesito dormir-No sabía ni lo que había hecho, pero estaba demasiado cansado como para moverme ni un centímetro, por lo que Cid cargo conmigo a las afueras de la ciudad montando un campamento para pasar la noche.
No sabía cuanto tiempo pasó, tampoco sabía donde estaba, solo podía saber que era de noche por el cielo azul marino que sobre mi se posaba.-Cid…- Pronuncie levemente como un susurro.- ¿Cuánto tiempo he dormido?-Cid se sorprendió cuando desperté, tanto que se aseguró de que no era una ilusión pellizcándose, por lo que yo le di un motivo para saberlo y le di un puñetazo en la cabeza, lanzándolo contra el suelo de cabeza.
-¿Se aclararon ya tus dudas?- Pregunté en un tono molesto mientras volvía a preguntar-En serio, ¿Cuanto tiempo llevo dormido?- Cid se levanto lentamente medio atontado pero aun así era capaz de hablar-Llevas durmiendo una semana desde lo que hiciste.- ¿Desde lo que hice? No recordaba nada, solamente que aquel tipo me lanzo un golpe y a partir de ahí creo que acabe en el suelo, pero para asegurarme invoque el libro, observando las líneas pero era extraño, todo lo referente con aquel tipo desapareció como si ni siquiera lo hubiera escrito.
No podía creerlo, un escalofrío recorrió mi espalda, haciéndome temblar levemente. Parecía que a pesar de haberlo creado todo, no me había preocupado de mis propias habilidades, dejando algunas en un ligero letargo el cual estaba llegando a su fin, despertando una bestia que siempre he albergado según parecía.
No pensé en quedarme la noche tumbado.-Debemos continuar- Comente levantándome, aun dolorido mientras Cid me seguía. No era momento de parar y menos todavía cuando sabía que tras la pelea seguramente todos los caza recompensas vendrían a nosotros como los buitres a la carroña.
Por ahora Cid había conseguido ocultarnos bien, pero no se puede ocultar siempre, cada vez pueden buscar más concienzudamente.